El fondo para la educación obtiene recursos récord,
pero su déficit crece por el aumento de las emergencias
El fondo mundial de las Naciones Unidas para la educación en situaciones de emergencia y crisis prolongadas anunció este martes que sigue ampliando su respuesta a las necesidades educativas en esos escenarios, alcanzando ya a siete millones de niños y adolescentes, a partir de su establecimiento en 2017.
El nuevo informe anual de La Educación no Puede Esperar, conocido como ECW por sus siglas en inglés, enfatiza que el 48,4% de sus beneficiarios han sido niñas.
El reporte detalla que en 19 países que reciben apoyo de la iniciativa se ha invertido más de un billón de dólares acumulado para los programas educativos de resiliencia.
Según el fondo, sus alianzas estratégicas llegaron a 3,7 millones de niños y adolescentes en 32 países afectados por crisis el año pasado.
El reporte detalla que en 19 países que reciben apoyo de la iniciativa se ha invertido más de un billón de dólares acumulado para los programas educativos de resiliencia.
Por otra parte, la ECW desarrolló seis nuevos programas de resiliencia, expandiendo así este tipo de planes a 24 crisis prolongadas. De acuerdo con el estudio, estos programas con múltiples partes interesadas “proporcionan un marco que favorece la coordinación y la financiación previsible y flexible necesaria para lograr resultados educativos de calidad en entornos de crisis prolongadas como Afganistán, Iraq, Yemen, Siria, Sudán del Sur y Somalia, o en las crisis regionales del Sahel y Venezuela”.
No obstante estos logros, la ECW estimó en junio pasado que 222 millones de niños y adolescentes atrapados en situaciones de crisis requieren con urgencia apoyo educativo. Entre ellos 78,2 millones no van a la escuela y el resto acude a clases pero no alcanza las competencias básicas en matemáticas y lectura.
El fondo explicó que la serie de factores que provocaron el incremento de las necesidades de educación en 2021, dieron lugar a una solicitud de 2,9 billones de dólares a los donantes internacionales para financiar los programas. En 2020, los recursos requeridos ascendieron a 1,4 billones de dólares.
La respuesta al llamamiento del año pasado fue un récord de 645 millones de dólares; sin embargo, el déficit total de financiamiento subió un 17%, pasando del 60% en 2020 al 77% en 2021.
El informe advierte que el aumento en la magnitud, gravedad y prolongación de los conflictos y las crisis, ataques continuos a la educación, y cifras récord de desplazamientos provocados por el cambio climático, los conflictos y otras emergencias, sumado al impacto de la pandemia de COVID-19 han agudizado la crisis global de aprendizaje.
Entre otros datos, precisa que en 2020 y 2021, 147 millones de niños faltaron a más de la mitad de las clases presenciales y recuerda que la ONU teme que hasta 24 millones de estudiantes no regresen nunca a la escuela.
En cuanto a los logros, el estudio resalta:
Fuente: ONU 23 de agosto de 2022