
La inversión extranjera directa (IED) mundial en la economía digital crece con fuerza y ya promedia 122.000 millones de dólares anuales. Entre 2021 y 2023, el sector captó de media el 8,3% de la IED mundial, frente al 5,5% de hace una década, según el Informe sobre las Inversiones en el Mundo 2025 publicado por ONU Comercio y Desarrollo (UNCTAD).
En las economías en desarrollo, los flujos anuales de IED hacia la economía digital casi se duplicaron en el mismo período. Este crecimiento ha sido impulsado por la expansión de los servicios digitales, la demanda de soluciones de software y la consolidación de ecosistemas de start-ups con talento tecnológico. La inversión en economía digital genera beneficios concretos: mejora de la infraestructura, creación de empleos cualificados, transferencia de tecnología y ecosistemas de innovación más dinámicos.
La inversión en nuevos proyectos (greenfield) en el ámbito digital casi se ha triplicado desde 2020, alcanzando los 360.000 millones de dólares. Sin embargo, en los últimos cinco años, los países en desarrollo recibieron solo el 30 % del total global. En los países en desarrollo, la inversión en servicios y soluciones digitales se multiplicó por más de seis entre 2020 y 2024, hasta alcanzar los 37.000 millones de dólares.
Sin embargo, la infraestructura básica de tecnologías de la información y la comunicación (TIC) continúa gravemente subfinanciada. En 2024, se destinaron apenas 9.000 millones de dólares a infraestructura TIC en estos países, una fracción de los 62.000 millones que se necesitan anualmente a nivel mundial. En 2024, la mayoría de los países en desarrollo contaban con estrategias nacionales de digitalización: el 86 % del total y el 80 % de los países menos adelantados, frente a menos de la mitad en 2017.
Para aprovechar el potencial de la inversión internacional en la economía digital, el Informe sobre las inversiones en el mundo 2025 recomienda a los países:
Adoptar una visión a largo plazo para la inversión en economía digital.
Equilibrar la apertura a la IED con la seguridad nacional y el interés público.
Fortalecer los marcos normativos para la inversión internacional en economía digital.
Reforzar el papel de las API con una promoción más selectiva y orientada a resultados.
Impulsar las competencias digitales, también mediante la IED.
Aumentar el impacto de los acuerdos internacionales de inversión (AII) en la inversión sostenible, incluida la digital.
Fomentar la transferencia de tecnología en condiciones mutuamente acordadas en el marco de los AII.
Ampliar las disposiciones de desarrollo de los AII vinculadas a la economía digital.
Facilitar la participación de los países en desarrollo en la elaboración de normas internacionales sobre economía digital.