América Latina y el Caribe atraviesa una profunda transformación con el uso de pagos digitales

 

Más allá del dinero en efectivo: la revolución de los pagos digitales en América Latina y el Caribe, el reporte el BID, destaca que el número de transacciones digitales llegó hasta triplicarse entre 2019 y 2023 en países de la región. Mas aún, entre 2011 y 2021 el porcentaje de adultos que utilizó pagos digitales se multiplicó de menos del 3% a casi el 40%.

 

El reporte señala que estos cambios han sido posibles aun a pesar de un contexto adverso con altos niveles de informalidad y bajos niveles de confianza en el sector financiero. Y son consecuencia de una oferta robusta de servicios financieros digitales, elevados niveles innovación tecnológica, políti­cas que han promovido la interoperabilidad y la incorporación masiva de personas al sector financiero a través de programas sociales.

 

La expansión de los pagos digitales puede impulsar el crecimiento económico al facilitar transacciones más eficientes, ampliar la inclusión financiera y fortalecer la economía formal en América Latina y el Caribe, apunta el trabajo. La región ha adoptado diversos modelos para impulsar la digitalización de los pagos, detalla el trabajo: sistemas liderados por las autoridades financieras, plataformas desarrolladas por el sector privado y soluciones híbridas. No existe un modelo único para el éxito, indica el reporte, dado que los logros dependen de la capacidad de los países de alinear tecnología, regulación e incentivos de mercado.

 

Hallazgos adicionales:

  • El porcentaje de personas con cuentas en entidades financieras en América Latina y el Caribe aumentó del 31% en 2011 al 68.8% en 2021.

  • El porcentaje de transacciones en persona que se realizan usando dinero en efectivo cayo del 38% en 2020 al 25% en 2024, según Worldpay.

  • El 72% de los encuestados en 17 países de la región considera más seguro andar sin efectivo, y más del 50% prefiere pagar digitalmente cuando puede, según Latinobarómetro 2023. 

  • Cerca del 30% de la población en la región que no adopta pagos digitales destaca la desconfianza en la seguridad de las plataformas o la falta de conocimientos digitales como las principales barreras a la adopción.

     

El trabajo también analiza el impacto de los pagos digitales en una eventual mejora del acceso al crédito a tasas asequibles, especialmente entre personas de bajos ingresos. En algunos casos, el uso de billeteras digitales y transferencias electrónicas ha permitido a las personas construir un historial financiero y acceder por primera vez a productos de crédito formal. Sin embargo, el reporte sostiene que todavía se requiere mucho trabajo para generar estos efectos a mayor escala y menciona que la promoción de finanzas abiertas que permitan el uso seguro de datos para ampliar el acceso al crédito puede ser una alternativa importante.

 

Para avanzar hacia una adopción casi universal, el informe recomienda una combinación de políticas que incluyen inversiones en infraestructura digital, regulaciones que promuevan la interoperabilidad y la competencia, y continuar con la modernización de los mecanismos de pago de los beneficios de programas sociales. Y también enfatiza la importancia de considerar el rol de la informalidad en el proceso del diseño de políticas públicas.

 

 

 

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