Según las estimaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de los Estados Unidos, en 2023 hubo 10,3 millones de casos de sarampión en el mundo, un 20% más que en el año anterior, debido a la cobertura insuficiente de la vacunación en todo el mundo.
Aunque el sarampión se puede prevenir con dos dosis vacunales, más de 22 millones de niños no recibieron su primera dosis de la vacuna antisarampionosa en 2023. Según los cálculos, no se ha administrado ninguna dosis al 83% de los niños, mientras que solo el 74% de los vacunados con la primera dosis han recibido la segunda dosis recomendada.
Para prevenir los brotes y proteger a la población contra uno de los virus humanos más contagiosos se necesita alcanzar una cobertura de al menos un 95% con ambas dosis en todos los países y zonas.
Los datos recientes muestran que en 2023 fallecieron alrededor de 107 500 personas de sarampión, en su mayoría niños menores de 5 años. Aunque la mortalidad se redujo en un 8% con respecto al año anterior, esta cifra sigue siendo demasiado elevada tratándose de una enfermedad que se puede prevenir. La ligera reducción de las defunciones se debió principalmente a que el aumento de los casos se registró en países y regiones donde los niños están mejor alimentados y tienen más acceso a los servicios de salud, lo cual reduce el riesgo de morir por sarampión.
Además de las muertes que causa, el sarampión puede tener graves consecuencias para la salud, algunas de ellas permanentes. Los lactantes y los niños pequeños son los más vulnerables a estas complicaciones graves, que incluyen ceguera, neumonía y encefalitis, una infección que provoca inflamación del cerebro y puede causar lesiones cerebrales.
El aumento de los casos y brotes de esta enfermedad nos aleja de la meta mundial de eliminación establecida en la Agenda de Inmunización 2030. A finales de 2023, 82 países habían logrado eliminar el sarampión o mantenían la condición de países libres de esta enfermedad. Esta misma semana se confirmó que el Brasil también lo ha eliminado, con lo cual la Región de las Américas de la OMS vuelve a estar libre de sarampión endémico. Con la excepción de la Región de África, al menos un país en cada región de la OMS ha logrado la eliminación.
Además, los países y los asociados mundiales en el ámbito de la inmunización, incluida la Red Mundial OMS de Laboratorios para la Detección del Sarampión y la Rubéola, deben intensificar la vigilancia de la enfermedad. Es imprescindible que esta vigilancia sea rigurosa para optimizar los programas de inmunización, así como para detectar los brotes y reducir su amplitud e impacto rápidamente.