El lanzamiento de la Alianza Mundial contra el Hambre y la Pobreza, subraya la urgencia de una inversión coordinada y específica para hacer frente a las desigualdades persistentes. En las Américas, este reto es especialmente grave, con desigualdades profundamente arraigadas que debilitan el progreso a pesar del vibrante potencial económico de la región. Las organizaciones trabajarán juntas para promover el crecimiento sostenible y equitativo y la colaboración regional, apoyando al mismo tiempo la labor de sus países miembros para alcanzar los objetivos de desarrollo sostenible.
Las Américas son una región de contrastes: la prosperidad económica de ciertos grupos coexiste con la pobreza y el hambre persistentes, lo que revela las desigualdades sistémicas y multidimensionales que limitan el desarrollo social inclusivo y el crecimiento económico. Para revertir esta situación se requiere una acción arrojada y multisectorial que a que aproveche nuestras competencias colectivas para acelerar el cambio y potenciar las mejores prácticas basadas en la evidencia.
Cada una de las organizaciones asumirá el legado del Proceso 2024 del G20 a través de las siguientes acciones para promover la equidad y luchar contra el hambre y la pobreza en las Américas:
CAF se ha comprometido a hacer frente a la pobreza y la desigualdad mejorando la vida de las poblaciones vulnerables. El banco tiene el objetivo de destinar US$ 22 mil millones a 2035 en financiación y asistencia técnica para mejorar las infraestructuras y ampliar el acceso a servicios esenciales como la sanidad, la educación y la seguridad alimentaria. Además, CAF promoverá mecanismos de protección social para incidir directamente en indicadores sociales clave.
La CEPAL se compromete a brindar asistencia técnica, fortalecer el intercambio de información y conocimiento sobre políticas públicas, y colaborar con otros miembros de la Alianza para desarrollar soluciones innovadoras, movilizar recursos financieros y compartir buenas prácticas para combatir el hambre, la pobreza y la desigualdad.
El BID se comprometió a proporcionar hasta 25.000 millones de dólares en financiación para apoyar las políticas dirigidas por la Alianza y los programas dirigidos por los países para acabar con el hambre y la pobreza.
La OPS apoyará a la Alianza Mundial trabajando con otros miembros para desarrollar políticas que fortalezcan la atención primaria de salud, impulsen los esfuerzos de eliminación de enfermedades y garanticen el acceso equitativo a los servicios para hacer frente a las enfermedades no transmisibles y otros desafíos críticos para la salud.