
La erradicación de la pobreza extrema en México en el corto y mediano plazo puede plantearse como un objetivo claro de política pública. Así lo señala el nuevo Informe de Pobreza y Equidad en México del Banco Mundial, que analiza la evolución de la pobreza en las últimas dos décadas y propone tres áreas clave de intervención: crecimiento inclusivo, políticas sociales más eficientes e inversión en infraestructura para reducir la vulnerabilidad.
México ha reducido la pobreza en los últimos años, aunque a un menor ritmo que otros países con características similares. De acuerdo con datos del informe, si el Producto Interno Bruto (PIB) per cápita en el país creciera un 2% anual entre 2024 y 2030, la pobreza se reduciría del 21.8% al 15.4%. Un crecimiento del 3% podría reducir aún más esta tasa al 13.4%.
El reporte destaca que, si bien un crecimiento económico más acelerado es fundamental para continuar avanzando en la erradicación de la pobreza, no basta por sí solo. La clave radica en lograr un crecimiento inclusivo que genere beneficios directos para los sectores más vulnerables. Para ello, el informe señala tres áreas prioritarias: la integración de más mujeres al mercado laboral, la mejora de las condiciones económicas en los hogares rurales y la formalización del empleo, todas ellas claves para garantizar que los beneficios del crecimiento lleguen a toda la población.
El informe subraya el papel crucial de las políticas sociales en la reducción de la pobreza y destaca que México cuenta con programas que han logrado avances significativos, pero aún existen oportunidades para ampliar su impacto al fortalecer su cobertura y eficiencia. Un rediseño de estos programas, que asegure su alcance a un mayor número de personas y los haga más progresivos, podría potenciar aún más los avances en la lucha contra la pobreza. Además, mejorar el acceso a la seguridad social y a los servicios de salud es esencial para reducir significativamente la pobreza extrema por carencias sociales.
La educación es otro pilar clave para consolidar estos avances. El informe señala que asegurar que los jóvenes no solo accedan a la escuela, sino que adquieran las habilidades necesarias para completar su formación y acceder a mejores oportunidades económicas, requiere fortalecer no solamente el acceso sino también la permanencia y la calidad educativa desde los niveles básicos hasta la educación superior.