
Perspectivas de Política Regulatoria 2025 —la publicación insignia de la OCDE sobre la elaboración de leyes y regulaciones, su implementación y revisión— destaca los esfuerzos que realizan los gobiernos para impulsar los objetivos de sus políticas, adaptándose a la vez a los rápidos cambios tecnológicos y a la evolución de los entornos normativos. Identifica oportunidades para reducir las regulaciones innecesarias, garantizando al mismo tiempo que los marcos regulatorios se centren en mejores resultados para las personas y contribuyan a un entorno normativo que fomente la innovación y un crecimiento sólido y sostenible.
Las regulaciones suelen percibirse como una carga para los ciudadanos y las empresas, y su aplicación deficiente puede generar inquietudes sobre la eficacia del gobierno en la protección de las personas y el medio ambiente. Los gobiernos deben redoblar sus esfuerzos para diseñar y revisar las normas y generar confianza, señala el informe.
Las regulaciones tienen mayor probabilidad de ser efectivas cuando se basan en evidencia sólida. Los gobiernos han mejorado la toma de decisiones basada en la evidencia, lo que exige examinar consideraciones más sociales y ambientales, además de las económicas, al utilizar herramientas como la evaluación del impacto regulatorio. Estos esfuerzos deben continuar y ser complementados con una implementación efectiva de las regulaciones, según el informe.
Los marcos regulatorios actuales suelen ir a la zaga del progreso tecnológico y se enfrentan a la superposición de jurisdicciones, la fragmentación legal y la obsolescencia de las normas. Para impulsar mejor la innovación y, al mismo tiempo, gestionar los riesgos, los gobiernos deben adaptarse y aprender de la experiencia para mejorar la gobernanza anticipatoria, a la vez que fortalecen la cooperación y la coordinación entre las autoridades. El uso de herramientas de inteligencia estratégica, como la exploración del horizonte y la previsión estratégica, también puede ayudar a anticipar y mitigar los riesgos, garantizando que las normas sigan siendo pertinentes y eficaces incluso cuando las circunstancias cambien.
Para lograr resultados ambientales significativos, los gobiernos deberían simplificar el complejo mosaico de normas con objetivos ambientales, considerándolas como un sistema, reduciendo las cargas regulatorias innecesarias, incluso entre fronteras, priorizando la regulación basada en riesgos y concentrando los esfuerzos de aplicación en áreas donde existen los mayores riesgos para el medio ambiente.