Expansión histórica de la protección social en la última década

Un nuevo informe del Banco Mundial revela los avances y desafíos actuales en el fortalecimiento de los sistemas de protección social y trabajo en los países de ingreso bajo y mediano. A partir de encuestas administrativas y de hogares, se muestra que en la última década, y en particular en respuesta a la pandemia de COVID-19, la cobertura de la protección social llegó a 4700 millones de personas en estos países, el nivel más alto de la historia. 

 

Sin embargo, tres de cada cuatro personas de los países de ingreso bajo carecen de acceso a servicios sociales, según el Informe sobre el estado de la protección social 2025: El desafío de 2000 millones de personas. A pesar de los avances significativos logrados en la expansión de los sistemas de protección social durante la última década, nada menos que 2000 millones de personas aún no tienen acceso a una cobertura adecuada. Con las tasas de crecimiento actuales, se necesitarán 18 años para llegar a todos aquellos que viven en la pobreza extrema.

 

La protección social va mucho más allá del apoyo directo en efectivo o en especie; abarca las políticas y los programas orientados a subsanar las brechas financieras, de habilidades y de información. Los tres pilares de la protección social —asistencia social, seguro social y programas relativos al mercado laboral— desempeñan un papel crucial a la hora de ayudar a los hogares y a los trabajadores a gestionar las crisis, salir de la pobreza, atravesar las transiciones y aprovechar las oportunidades de empleo.

 

En el informe se describen tres medidas de política que los Gobiernos pueden adoptar, siempre que se las adecúe al contexto, la capacidad y las restricciones fiscales de cada país: 

 

  • Ampliar la cobertura invirtiendo recursos limitados, especialmente en países de ingreso bajo, en infraestructura (como bases de datos), pagos digitales y sistemas de gestión de casos, para apoyar con eficacia a los necesitados.

     

  • Adaptar el apoyo para ayudar a las personas, en particular en los países de ingreso mediano, a pasar de la supervivencia a la autosuficiencia.

     

  • Crear sistemas para responder a las conmociones reforzando los datos, los pagos y las herramientas de alerta temprana, de modo de proporcionar apoyo oportuno y estabilidad laboral durante las crisis.

 

 

 

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