El ingreso familiar real per cápita en la OCDE aumentó un 0,4% en el segundo trimestre de 2024, en comparación con el 1,3% del trimestre anterior, mientras que el PIB real per cápita creció un 0,3% .
A pesar del aumento general del ingreso real per cápita de los hogares, el panorama fue mixto en los países de la OCDE. De los 15 países para los que hay datos disponibles, 8 registraron un aumento, mientras que 7 registraron una disminución. Entre las economías del G7, el ingreso real per cápita de los hogares creció en la mayoría de los países, pero se contrajo en Canadá y Alemania.
El Reino Unido e Italia registraron los mayores aumentos (1,1% y 1,0%, respectivamente), sin cambios respecto del trimestre anterior. Estados Unidos registró un aumento del ingreso real per cápita de los hogares en el segundo trimestre de 2024 (0,4%), por debajo del 1,2% 1 del primer trimestre de 2024, debido principalmente a un menor crecimiento de la remuneración de los empleados y los pagos de beneficios sociales del gobierno 2 . Francia también registró un aumento (0,3%), que bajó ligeramente del 0,5% en el primer trimestre de 2024, mientras que Canadá experimentó una disminución (-0,2%), ya que el PIB real per cápita cayó por quinto trimestre consecutivo. Alemania también registró disminuciones tanto en el ingreso familiar real per cápita (-0,2%) como en el PIB real per cápita (-0,3%), el primero reflejando en parte un débil crecimiento en la remuneración de los empleados y en los ingresos de la propiedad combinado con el aumento de los impuestos sobre la renta y el patrimonio.
Entre otros países de la OCDE, Portugal registró el mayor aumento de la renta real per cápita de los hogares en el segundo trimestre de 2024 (2,1 %), impulsado principalmente por la remuneración de los empleados; entre el cuarto trimestre de 2021 y el segundo trimestre de 2024, la remuneración de los empleados en Portugal creció un 23 % en términos reales, superando a las de las economías del G7. Los Países Bajos experimentaron la mayor contracción (-2,3 %) de la renta real per cápita de los hogares, debido principalmente a una caída de la renta de la propiedad que coincidió con un aumento de los impuestos sobre la renta y el patrimonio, aunque el PIB real per cápita aumentó (0,9 %).